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Ikigai - 生き甲斐

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Ikigai – 生き甲斐

MI RAZÓN DE SER

Este emotivo poema, «Mi Razón de Ser», explora el concepto de Ikigai—encontrar el propósito en la vida—a través de cuatro partes esenciales: Pasión, Misión, Vocación y Profesión.

El poema profundiza en pasiones personales como el arte, la música y el amor, destacando la importancia de la creatividad y la alegría. Reflexiona sobre las habilidades y talentos que contribuyen a hacer felices a los demás y enfatiza la importancia de enseñar, compartir y elevar a la sociedad.

También aborda la necesidad de una compensación financiera por las contribuciones de uno, al mismo tiempo que reconoce los desafíos y despedidas que se encuentran en el camino. En última instancia, captura la esencia de vivir con propósito, superar los miedos y el deseo de un amor duradero y compañía en la búsqueda de la verdadera felicidad.


Parte 1: Pasión

En la danza de la vida, busco mi verdad,
Ikigai susurra a través de la suave brisa.
Un equilibrio hallado en pasiones y sueños,
Donde la felicidad se moldea, única para mí.

¿Qué alimenta mi corazón, enciende mi alma?
El arte, la música y tú, la trinidad completa.
Con cada pincelada, cada nota cantada,
Encuentro mi esencia, mi viaje ha comenzado.

Pero tu pincelada y, de hecho,
Todo se desvaneció.
Me diste elecciones claras,
Adiós. Ikigai llegó a su fin.


Parte 2: Misión

¿Qué habilidades manejo con destreza?
La creatividad fluye, las ideas son grandes.
Al hacerte sonreír, en el brillo puro de la alegría,
Mi propósito brilla, mi espíritu resplandece.

Mi misión permanece
Sobre una verdadera visión a reclamar.
Lucha hoy para que la paz se logre,
Primero el esfuerzo, luego vendrá la paz.


Parte 3: Vocación

¿Qué puedo ofrecer al mundo tan amplio?
Enseñar y compartir, a tu lado estar.
Ofreciendo pensamientos, la llama brillante de mi mente,
Para mejorar vidas, elevar, reclamar.

Yo mismo verdadero…
Soñado ayer y hoy.
Estabas en tu camino
Fuera de mi corazón acurrucado.


Parte 4: Profesión

¿Por qué deberían mis esfuerzos cosechar el brillo de la recompensa?
Por las ideas compartidas, por nutrir sueños.
En cada creación, en cada chispa brillante,
Un pedazo de mi corazón, una marca duradera.

¿Qué importa si el éxito puede ser compartido?
Las ilusiones se crearon,
El destino era claro,
Adiós, mi querido.

En Ikigai, encuentro mi camino,
Una razón para elevarme, para saludar cada día.
Con pasión, habilidad y propósito claro,
Vivo mi verdad, conquisto el miedo.

Así que si amas mi Ikigai…
Si regresas…
Debe ser para quedarte,
Luchando en el camino.


Le End.

Alvaro Echegaray

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